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El destino de la tierra
El destino de la tierra
por R. L. Morrison
Hay mucha discusión entre la gente religiosa hoy en día tocante el tema de este artículo. Hay algunos que creen que la tierra es eterna, que permanecerá para siempre. No son pocos los de ellos que describen (o más bien que opinan de) cómo será después de la "venida de Cristo". Dicen que la tierra será lavada de pecado y que los que moran en ella ya no sufrirán la muerte. En cuanto a la naturaleza, las fieras se suavizarán. El león yacerá junto al cordero. Niños jugarán sin daño con serpientes venenosas. No habrá más guerra, ni el sufrimiento que ella trae. El odio, el egoísmo, el crimen, y la violencia se perderán en el pasado. En cambio, habrá perfecta paz y seguridad en la tierra. El Creador, dicen ellos, promete que en un futuro cercano el hombre podrá disfrutar la vida eterna aquí en la tierra. Los súbditos terrenales del reino cumplirán el mandato que Adán y Eva no pudieron llevar a cabo. Estos miembros terrenales del reino "sojuzgarán la tierra", haciéndola un paraíso.
Hace unos años que varias revistas tenían una propaganda informando que un enorme torbellino le iba a quitar toda el agua a los mares de la tierra. Luego, los lechos oceánicos se convertirían en campos fértiles, los cuales el hombre podría cultivar, y donde supuestamente viviría para siempre. Es posible que esa información se ofrezca todavía, pero hace unos años que no la veo.
Otro grupo habla así de los "tiempos postreros": "El fuego que consume a los malos también purifica la tierra. Todo lo anterior es borrado. No hay ningún infierno eterno para recordar a los redimidos de las espantosas consecuencias del pecado." Además: "Todos los tesoros del universo serán abiertos para que los redimidos de Dios los estudien. Comparten los tesoros de la ciencia y del conocimiento adquiridos contemplando la maniobra de Dios a través de las edades. Con la vista no borrosa, contemplan la gloria de la creación: soles, estrellas, y galaxias, todo según su orden designado, girando alrededor del trono divino. En todas las cosas, de la más baja a las más grande, el nombre del Creador está escrito, y en todo se manifiestan las riquezas de su poder, y el pasar de los años de la eternidad traerá riquezas y revelaciones más gloriosas aún de Dios y de Cristo."
Hay mucho más a qué se puede referir, ya que se han escrito muchos libros basados en un malentendido de la escritura mezclado con la imaginación y las esperanzas del hombre. Estas ideas son muy propagadas y muchos creen que son la verdad.
Muchos "profetas modernos" creen y enseñan que la tierra es eterna (que existirá para siempre) y que la gente la habitará para siempre. Eso no es una sorpresa porque también en los días de los apóstoles, hombres se levantaron disputando contra la doctrina de ellos, haciendo preguntas que indicaron que dudaban la verdad que había sido enseñada. En su segunda carta, el apóstol se refirió a eso diciendo: "sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación" (2 Ped 3:3-4). Pedro los reprendió diciendo que ignoraban voluntariamente algunas cosas, no haciendo caso a lo oído. Luego dijo: "pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra [la de Dios], guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos" (vs. 7). Y continúa: "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!" (vs. 10-12)
Tal vez debemos definir algunas palabras de estas escrituras para comprender mejor lo que Pedro escribió. Primero considere la palabra "elementos". Dice W. E. Vine: "describe la esencia del mundo material". Por supuesto, se refiere a la materia en que consiste el mundo material. Y Pedro dice que estas cosas se fundirán con un calor intenso. Luego, la palabra "quemadas" en2 Ped 3:10 se refiere a la tierra y a sus obras y significa "quemarse completamente como la paja". Aunque el hombre diga que el fuego quemará solamente los malos, así lavando la tierra del pecado, Pedro no lo dijo. Se quemará por completo, siendo consumada por la intensidad del fuego. Sigue la palabra "deshechos": "Soltar, describe la futura destrucción de los elementos o de los cuerpos celestes; destruir o derrocar por completo"; otra vez, la definición de W. E. Vine. El hombre, siguiendo su propia sabiduría o sus propios deseos, dice que los cuerpos celestes permanecerán, girando alrededor del trono de Dios. Pedro, inspirado por el Espíritu Santo y revelando la voluntad de Dios, dijo que la materia que Dios creó en el principio del tiempo será destruida, quemada, y cesará de existir. Las dos cosas no pueden ser la verdad porque se contradicen. Cada uno de nosotros debe escoger qué vamos a creer y a quién.
"El día del Señor" o "el día de Dios". Pablo hace mención de este día en 1 Tes 5:2 y en 2 Tes 2:2. El contexto indica que se refiere a la segunda venida de Cristo. El contexto de 2 Ped 3:12se refiere a lo mismo. Jesús enseñó que volvería para juzgar a la humanidad (Mat 25:31-46). Los apóstoles también enseñaban sobre ese día. Véase 2 Cor 5:10; Rom 14:10-12; Gal 6:7-8. Pablo habló de ello en Hch 17:31: "por cuanto [Dios] ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia". "El día del Señor" es el último día, cuando el juicio será finalizado, y cuando lo material que Dios creó se destruirá por entero.
Dios mora en la eternidad. No habita en lo material que creó, ni en los templos que el hombre construye. No depende de nosotros por su habitación. Dios es espíritu y mora en un reino espiritual. La tierra y los cielos (su maniobra) son materiales y serán quemados; será como si jamás existieran. El espíritu del hombre, en la imagen de Dios, también es eterno. Eso quiere decir que Ud., yo, y todo el mundo viviremos por siempre, no en este cuerpo físico, sino en un cuerpo que recibiremos en el día de la resurrección. Moraremos o en la presencia de Dios y en el reposo que ha preparado desde la creación, o en la oscuridad de las tinieblas que ha preparado por el diablo, los que le siguen, y sus siervos en esta vida. Escogemos y nos preparamosAHORA en esta vida física para el destino eterno.
Ahora examinemos algunos pasajes de escritura que deben de ser de interés en el estudio de este tema. El Espíritu Santo inspiró al apóstol Pedro (2 Ped 3), y después de una breve descripción de los sucesos del último día, empezó a animar a los a quien escribió (claro, esto nos incluye a nosotros que ahora vivimos): "Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas [destruidas], ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!" La pregunta que Pedro hace es sencilla: Si Uds. creen todo lo que les he dicho, qué clase de vida deben de estar viviendo ahora? Todos estaremos presentes en aquel día y apareceremos ante el tribunal de Cristo. Luego dice, "Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz".
Cuando contemplamos la eternidad o tratamos de comparar una vida aquí con la eternidad, no podemos comprender como será. Comparada con la eternidad, nuestra vida en el presente cuerpo sería menos que el punto al final de esta oración. Pero TODOS estaremos allá en la eternidad. La gran pregunta es ¿DÓNDE? ¿Estaremos CON Dios, o encadenado fuera de Su presencia? ¡La respuesta es determinada por LO QUE CREEMOS y por CÓMO VIVIMOS ahora en la tierra!
Piense con cuidado sobre estas palabras. Ud. está hecho en la semejanza de Dios. Su espíritu es tan eterno como Dios mismo, ya que Él es espíritu. Ud. (su espíritu) no puede cesar de existir. ¡Eso quiere decir que Ud. estará vivo para siempre! Pero el lugar en donde estará es determinado por lo que cree y por cómo vive ahora.
¿Está Ud. preparado para aquel día?